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Un segundo sueño hecho realidad

No parece que haga mucho desde que Craig y yo estábamos en su habitación de Lebanon, Indiana, soñando acerca del futuro.

No parece que haga mucho desde que Craig y yo eståbamos en su habitación de Lebanon, Indiana, soñando acerca del futuro. Posters de cascos de football americano y cuerdas de guitarra llenaban las paredes, junto a dos pañoletas que había colgado como decoración. Una, que yo le había regalado, tenía una bandera americana que volaba por encima de la cabeza de los personajes de Winnie-the-Poo; la otra era la cubierta de un ålbum con la foto de Garth Brooks.

"¿Dónde te ves en cinco años?" pregunté a Craig.

"Contigo" respondiĂł sin dudarlo.

"ÂżY en cuanto a tu carrera?" volvĂ­ a preguntar.

"Bueno, espero que algĂșn equipo de la NFL me haya elegido en el draft y pueda seguir jugando football americano".

"Y si eso no ocurre, ¿entonces qué?" deseaba saber.

"TendrĂ© que ser un mĂșsico profesional" dijo, y señalo la pañoleta de Garth Brooks.

El 17 de Julio, casi cinco años después de nuestra conversación, los sueños de Craig se hicieron realidad. Pude ser testigo de la preciosa culminación del duro trabajo que permitió a Craig llegar hasta ellos. Mi bebé también me dio una patada en el ombligo, como si ella también celebrara aquella noche.

Eståbamos en Las Vegas, en una fiesta de reconocimiento para aquellos atletas que aportan donativos a una fundación caritativa llamada Compañeros de los Niños. Por su afiliación con la NFL, Craig fue invitado a ser parte de este grupo benéfico, cuyo fundador no es otro que el propio Garth Brooks.

En nuestra primera noche en Las Vegas, conocimos a Garth y a su esposa, Trisha Yearwood, en  una fiesta que se celebró al lado de una alberca, para los atletas y sus mujeres. Uno a uno, los deportistas pudieron pasar, estrechar la mano de Garth y charlar con él unos minutos. Cuando llegó nuestro turno, nos acercamos con Austin King, antiguo compañero en el equipo de Craig. Austin comentó los intereses musicales y el talento de Craig.

Hablaron durante un tiempo, sobre varias cosas, como las guitarras. Craig le dijo a Garth que la primera canciĂłn que aprendiĂł a tocar era una de las suyas, Lonesome Dove.

"MirĂł hacia abajo y su corazĂłn se habĂ­a ido, no pudo ir hacia el oeste ni tampoco a casa" dijo Garth exactamente en palabras de la canciĂłn. "Hay algunas canciones que te llevan justo de vuelta."

Garth le preguntĂł a Craig quĂ© mĂșsicos le inspiraban para escribir y tocar.

"Springsteen, Mellencamp, Seeger y tĂș", contestĂł Craig.

"ÂżHas escuchado que estoy yo en la lista?", le comentĂł Garth a Trisha.

Sonrió. "Sí, cariño... lo he oído".

Craig le dio uno de sus CDs. Todos nos estrechamos las manos y nos fuimos a dormir.

Al dĂ­a siguiente hubo una reuniĂłn de negocios, seguida de una actuaciĂłn con cena a primera hora de la noche. La culminaciĂłn del evento de dos dĂ­as fue un concierto privado, ofrecido por Garth Brooks en el Coliseo del Caesar's Palace. En el teatro construido para el show de Celine Dion, donde Elton John, Cher y Bette Midler actĂșan ahora.

Durante la reuniĂłn del desayuno, Craig preguntĂł a Garth si su banda iba a realizar una prueba de sonido, antes del concierto de la noche. Garth le dijo que sĂ­ y Craig mencionĂł si podrĂ­a acercarse y mirar.

"Me encantarĂ­a si fuera posible", dijo mi marido. Y obtuvo por respuesta una sonrisa.

Unas horas después, Craig se dirigió al Coliseo para la prueba de sonido. Se sintió como si estuviera en el cielo, viendo a unos de sus artistas favoritos ensayar, tocando las canciones que tanto había escuchado cuando crecía. Sin embargo, no estaba preparado para que Garth se girara hacia él y le preguntara:

"¿Qué opinas, Craig?"

"Suena excelente", respondiĂł, alucinado con el hecho de que Garth recordara su nombre.

"¿Qué prefieres hacer?" le preguntó de nuevo Garth. "¿Quieres venir y tocar la guitarra o cantar una canción con nosotros?" 

"Por supuesto", balbuceĂł Craig.

El sueño de mi marido se tornaba en realidad. Estaba a punto de subir al escenario con Garth Brooks e iba a cantar una canciĂłn con Ă©l y su banda. Antes de que se diera cuenta, su personalidad ante el pĂșblico se escondiĂł y le temblaban las manos al subir al estrado. No era el escenario lo que le intimidaba. Me dijo: "ÂĄEra cantar delante de Garth Brooks!"

Garth le dejĂł su guitarra favorita, la que utiliza en sus principales actuaciones, la misma que usĂł cuando recibiĂł el Premio de la MĂșsica Americana. Desafortunadamente, la banda para sostener la guitarra estaba hecha para Garth, con lo que parecĂ­a la de una mandolina alrededor del cuello de Craig. Tras tocarla un par de veces, Craig le devolviĂł la guitarra a Garth y optĂł por cantar una canciĂłn.

"Lancémonos con Llamando a Baton Rouge", sugirió Craig.

"Buena idea", dijo Garth.

La banda comenzĂł a tocar y Craig se puso delante del micrĂłfono. Dijo que podrĂ­a escuchar su voz, como si se rompiera, mientras intentaba reproducir la canciĂłn que tantas veces habĂ­a interpretado delante de audiencias en vivo. No podĂ­a hacer que sus manos estuvieran quietas. Cuando acabĂł la canciĂłn, Garth le preguntĂł si quisiera intentar cantar otra.

ContestĂł con un sĂ­ enfĂĄtico. La siguiente canciĂłn que interpretĂł fue Much Too Young (to Feel this Damn Old). Al concluir, los nervios se habĂ­an ido y Craig podĂ­a dirigirse al micrĂłfono como todo un veterano. CantĂł una versiĂłn en directo de la rendiciĂłn de Garth; ÂĄestuvo genial!

"ÂżQuieres cantarla con nosotros esta noche en el concierto?" le preguntĂł Garth.

"ÂżHablas en serio?" dijo Craig.

"Por supuesto".

"ÂĄClaro que sĂ­!", afirmĂł Craig con una sonrisa gigante.

Mi marido corriĂł de vuelta a nuestra habitaciĂłn del hotel. No pudo dejar de sonreĂ­r mientras cruzĂł el umbral de la puerta. Me abrazĂł y se emocionĂł mientras me explicaba lo que le habĂ­a ocurrido por la tarde.

Unas horas mås tarde, Craig estaba vestido con jeans, una camisa blanca y una chaqueta con cordones. Yo me sentía una esposa orgullosa. Nos sentamos a ver uno de los dos conciertos caritativos que Garth Brooks realiza cada año. Ambos, eventos privados de su fundación.

Garth comenzĂł el show hablĂĄndonos de su vida. DespuĂ©s, mientras describĂ­a cronolĂłgicamente su trayectoria, dĂ©cada a dĂ©cada, explicĂł quiĂ©nes lo habĂ­an influido y tocĂł las canciones que habĂ­an sido inspiradas por otros. Cuando llegĂł a los años noventa, comentĂł su amor por el baseball y su intento por jugar con los Padres, incluyendo los gritos de la gente desde la grada, chillĂĄndole: "ÂĄDeja esto y continĂșa con el trabajo que te da de comer cada dĂ­a, Garth!". Dijo que se sintiĂł como un tonto y que se dio cuenta que el don que habĂ­a recibido era el de la mĂșsica, a pesar de su sueño, como el de otros muchos artistas, de ser deportista profesional. DespuĂ©s, comenzĂł a explicar una historia que habĂ­a vivido la noche anterior.

"Anoche conocĂ­ a un jugador de football americano llamado Craig. Me dijo que le gustaba la mĂșsica. ImagĂ­nenselo... ÂĄun atleta que quiere ser mĂșsico!", comentĂł riendo. "Bueno, cambiemos las cosas esta noche. Hagamos que Craig suba y veamos quĂ© puede hacer en un escenario musical." 

AcariciĂ© a Craig en la cara, al momento en que rezaba por Ă©l. Mientras musitamos amen, se encendieron las luces y Garth se dirigiĂł al pĂșblico: "ÂżCraig, estĂĄs allĂ­?"

Craig estaba guapo y confiado, mientras subĂ­a al escenario. CaminĂł directo hacia el micrĂłfono y lo levantĂł. Garth lo mirĂł y dijo burlonamente: "PerdĂłn, me quito de tu camino". Craig se riĂł y le contestĂł ya desde el micrĂłfono.

"Lo necesitaba un poco mĂĄs alto", dijo señalando la diferencia entre la estatura de ambos. El pĂșblico se riĂł con ellos.

"Esto funciona mejor si invitas al violinista a tocar contigo", dijo Garth, llamando a Jimmy Mattingly, su violinista, para que pasara al frente del escenario, mientras tocaban la introducciĂłn de la canciĂłn que habĂ­an estado ensayando en la tarde: Much Too Young. Unos segundos mĂĄs tarde, Craig cantĂł la primera lĂ­nea "Esta vieja carretera continĂșa haciĂ©ndose mĂĄs larga..."

El pĂșblico respondiĂł ruidosamente. ÂĄCraig parecĂ­a Garth Brooks! Garth hasta sonriĂł al escucharlo.

Garth se echó hacia atrås y se puso a hacer voces y a tocar la guitarra con su banda. Craig parecía haber nacido para ello. Sentí los nervios correr por mi cuerpo. Mi bebé me dio una patada una vez mås, parecía que se colocaba para escuchar cantar a papå. Durante el interludio musical de la canción, Craig se colocó junto a Garth y, luego, al lado del violinista, moviéndose al compås de los instrumentos. Terminó la canción de forma enérgica; Garth seguía cantando detrås.

"Lo hizo excelentemente bien", dijo Garth, mientras Craig bajaba del escenario y volvĂ­a a su asiento.

Quería pellizcarme para ver si era cierto, pero tenía miedo de ser despertada del sueño perfecto.

Cuando Craig terminĂł de cantar, mĂĄs de 4,200 personas se habĂ­an puesto de pie y gritaban, dĂĄndole una gran ovaciĂłn.

Hay veces en que parece que Craig tiene suerte. Mi abuelo Don dice que Craig es "un oportunista en el buen sentido". Craig dijo que estĂĄ seguro que su padre tuvo alguna intervenciĂłn celestial en esos dĂ­as. Yo creo que tiene razĂłn.

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