Estamos en un momento del año crítico, porque nuestro objetivo es vislumbrar qué clase de equipo seremos en septiembre cuando los partidos sean oficiales. Descubrir qué jugadores nos podrán ayudar y qué tan pronto podrán hacerlo es tarea fundamental en este espacio de tiempo.
Me refiero principalmente a los agentes libres y a los novatos, además de a aquellos jugadores que se quedaron en una especie de burbuja al finalizar la temporada pasada. Evaluarlos es parte fundamental de nuestros actuales quehaceres.
El otro aspecto crítico de nuestro trabajo de ahora es analizar, sobre el terreno de juego, los cambios que han realizado los entrenadores. Para los nuevos miembros del staff este momento es crucial, pues podrán familiarizarse con nuestro libro de jugadas y aprenderán cómo ajustamos en situaciones concretas. Verán también qué es lo que no funciona, para poder quitarlo. Por ello, este campamento es muy valioso para el futuro. El trabajo correcto que hagas ahora, te ahorrará disgustos una vez que comience la temporada.
La observación es muy importante en este periodo. No se trata de sólo correr en pantalón corto por el campo, sino en ver qué ocurre, para poder subsanarlo. Es football americano en su máxima impresión. De cómo hagamos las cosas ahora dependerá el inicio de temporada que tengamos.
Estamos en un periodo en el que podemos aprender mucho de la gente que acabamos de traer. Podemos contemplar cómo corredores como Julius (Jones) y T.J. (Duckett) encajan dentro de nuestro sistema. Qué jugadas pueden ser en las que rindan más y en cuáles es mejor no colocarlos. Los entrenadores deberán reconocer todo esto ahora y evaluar la rapidez con la que asimilan las diferentes jugadas. Mientras más rápido lo hagamos, perderemos menos tiempo trabajando cosas que, simplemente, no van a funcionar.
Es muy importante durante los mini-camps aprender lo suficiente de todos estos jugadores, para sacar en verdad ventaja al training camp, a finales del mes que viene. Una vez que llegas al training camp, todo ocurre muy rápido y, antes de que te des cuenta, ya estás jugando partidos. Las cosas parecen ahora relajadas, pero no lo son en lo absoluto.
No tener en la línea a Walter (Jones), Chris (Spencer) y Rob (Sims) es un verdadero contratiempo, especialmente para el tiempo de adaptación de toda esta unidad. Más que un daño individual a ellos tres, afecta a sus nuevos compañeros, quienes tardarán más en asimilar los conceptos. De cualquier manera, la labor que está realizando Mike Solari, el nuevo entrenador de la línea ofensiva, es muy importante. Tiene una habilidad especial para mantener la atención de los nuevos. Sims, por otro lado, contó con la ventaja de poder asistir al primer mini-camp, antes de que le practicaran la artroscopia en la rodilla. Así, aprendió lo que se le pedirá esta temporada en la que lo hemos movido del lado izquierdo al derecho de la línea.
Hablando honestamente, debo decir que no me gusta perder a ningún jugador en este momento, especialmente en una línea como la ofensiva, cuyo trabajo se sincroniza con el de todos los demás. Sin embargo, estarán ya recuperados para el training camp, así que esperamos que todos puedan recobrar el tiempo perdido lo antes posible.
Estos campamentos han sido excelentes para los jóvenes receptores. Todos han mejorado mucho con respecto al año pasado. Será una posición muy competida, que es lo que quieres en cualquier posición, porque esto ayuda a que el equipo sea mejor cada año.
Los mini camps marcan el tono en todo lo explicado, estableciendo una competitividad en los jugadores mientras van aprendiendo. Por eso suelo remarcar la importancia de que el equipo pise el campo todo el año, algo fundamental para el éxito de los Seahawks.
