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El Correo de Mike Kahn 24/Septiembre/2008

Estamos en la semana de descanso, después de una gran victoria sobre los Rams, 37-13, que sirvió para levantar el estado anímico de los Seahawks.

Es la hora del rebote.

Estamos en la semana de descanso, después de una gran victoria sobre los Rams, 37-13, que sirvió para levantar el estado anímico de los Seahawks. El equipo enseñó músculo en un juego de carrera que ha ido progresando en cada partido de esta incipiente temporada.

En la primera jornada, en Buffalo, Seattle sumó 85 yardas terrestres; contra San Francisco, en la segunda semana, se consiguieron 169 y el pasado domingo, ante St. Louis, se registró la friolera de 245. Si pensamos que se han logrado 499 yardas de carrera en tres partidos, tenemos el promedio que todo equipo que busca aspirar al campeonato desearía.

Además, esta contundencia en la ofensiva terrestre mejorará también la defensa, pues el control de la pelota permitirá a la retaguardia estar descansada antes de salir al campo. Igualmente, el ataque de pase se verá beneficiado, situación susceptible de ser explotada cuando Matt Hasselbeck recupere a los receptores lesionados, Doug Baldwin y Deion Branch.

Con 312 yardas terrestres en tres encuentros, Julius Jones se encuentra en la tercera posición de la NFL en este departamento. El corredor lleva, además, dos galopadas de anotación de más de 20 yardas. Sin duda, esta es la explosión que los Seahawks buscaban cuando firmaron a Jones como agente libre en primavera. Sus actuaciones consecutivas de más de 100 yardas terrestres marcaron la primera vez que un jugador del club lo consigue en dos años. Las 245 yardas de carrera como equipo –incluyendo una gran aportación de 79 y dos touchdowns del fornido T.J. Duckett- significaron el mejor registro en un partido de los Seahawks desde las 320 logradas en un encuentro de la campaña 2005.

La retaguardia ha mostrado una gran habilidad para atajar el juego terrestre rival, especialmente en los últimos dos encuentros en los que maniató a dos de los mejores running backs de la liga, Frank Gore y Steven Jackson. La defensa contra el pase también experimentó una enorme mejoría en el choque contra los Rams.

Pero lo más destacado de la victoria del domingo fue el gran nivel exhibido por Hasselbeck, quien completó siete de sus primeros nueve lanzamientos y culminó el envite haciendo buenos siete pases a siete receptores diferentes. Además, el quarterback demostró su dureza y valentía, liderando la jugada de anotación de 29 yardas de Jones, con un bloqueo a campo abierto.

Hasselbeck se deslizó por el suelo y anuló no sólo a uno, sino a dos defensive backs de los Rams en la acción.

La jugada motivó a prácticamente la totalidad de los Seahawks. Pero alguno no se emoción tanto. Una jugada así, con el riesgo de lesión que conlleva, preocupó a Mike Holmgren. De cualquier manera, el entrenador apreció el enorme esfuerzo y la capacidad de liderazgo mostrada por Hasselbeck. Al respecto, Holmgren apuntó:

"Matt me llamó por teléfono la noche pasada y me preguntó si había visto la jugada. Le dije que sí, que era la jugada del día… Fue fenomenal, una gran acción. Menos mal que no le ocurrió nada. Sin embargo, enseñó su competitividad y su deseo de hacer lo que fuera para poder ganar el partido, además de su capacidad atlética. Sus compañeros quedaron sorprendidos. Con jugadas como ésta, refuerza el respeto que le tienen, un respeto bien merecido." 

"Mi punto de vista –Matt no me escuchará, por eso se lo explico a ustedes- es que he visto quarterbacks lesionarse al hacer algo así", continuó Holmgren. "Y, por genial que sea una jugada, no puedes perder a tu quarterback. De cualquier forma, si se presenta lo ocasión, Matt lo hará de nuevo. Simplemente espero que salga tan bien librado como esta vez."

Al final, Hasselbeck no se lesionó y la jugada concluyó en un sensacional touchdown. El quarterback demostró por qué es el líder de un equipo que afronta su semana de descanso con una inercia positiva que esperamos continúe para el duro duelo que espera a los Seahawks a la vuelta al trabajo: el 5 de octubre, en Nueva York, contra los imbatidos Giants.

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